lunes, 14 de diciembre de 2015

Un apasionado de los fierros

El automovilismo es un deporte  distinto al resto,  por el simple hecho de correr en un auto de carrera y no tener el mismo desgaste físico que cualquier otra disciplina deportiva, No cabe duda que desde hace muchos años las carreras son una pasión tanto para pilotos, equipos de competición y los propios seguidores que habitualmente están presentes en cada competencia. Más allá de eso los riesgos por accidentes son tan graves que (En Algunos casos)  se ha cobrado vidas en estos últimos años.

Este es el caso de Marcos Núñez un hombre de 55 años oriundo de Barrio Norte (en la capital tucumana) que actualmente se dedica a reparar, atender autos de calle y de competición en su taller ubicado en pasaje Malvinas al 72.

Desde el 2005 fue piloto de Autocross con un pasado totalmente exitoso por la categoría llevándose campeonatos a nivel provincial demostrando en esa época su buen potencial.
Gracias a ello pudo adquirir un Fiat 147 de rally donde comenzaba en 2008 su sueño que tenia de chico de poder participar en una competencia de gran magnitud.



Bajo la asistencia de su Hijo Rodrigo y su mecánico Pablo Chavarría recorrieron distintos lugares de la provincia donde carrera tras carrera participaba con su navegante Esteban Quinteros a bordo de ese auto verde con vivos azules

No es nada normal ver a Marcos enojado por su rendimiento en esta categoría, Sus primeras competencias no le fue nada bien por fallas en su auto que lo dejaban fuera de carrera.
Sin chances de pelear el campeonato y el hecho de no haber podido  completar un rally “Marquitos” nunca perdió la fe y las esperanzas de poder en ese año ganar por primera vez una carrera, Sin embargo lo consiguió finalizando primero en una competencia que se realizó en la ciudad de Yerba Buena.

La fecha siguiente de disputaba en Graneros donde Marcos junto con su equipo viajaban con otras expectativas luego de su primer triunfo dentro de un rally donde En ningún momento imaginó que podría pasar en aquella competencia.
“Estaba Muy Ilusionado, mi cara era de pura felicidad por la carrera que se venía y por la confianza que le tenía al auto”.

El “Núñez Competición” es un equipo formado por un gran grupo humano donde la familia y los amigos acompañaban a Marcos y su navegante carrera tras carrera alendantodos y deseándole todas las suertes pero finalmente pasó algo en la carrera que tuvo un desenlace muy fuerte.
Marcos venia corriendo con su auto cuando después de pasar por un salto El Fiat cayó mal y a 150 km/h le dio de frente a un árbol. Fue tan fuerte el accidente que el binomio Núñez-Quinteros perdieron la conciencia y tuvieron que suspender la carrera para ser asistidos y trasladados al hospital donde a ambos los tenían que operar con urgencia.


“En ese momento venia muy fuerte no tome conciencia de lo que pasaba, y luego que el auto cayó vi el árbol y todo se puso blanco y desde allí no me acuerdo más nada, termine despertando en el hospital luego de ser operado”.

Fue un momento de susto, pánico y de mucha tristeza en todo el equipo porque los médicos dijeron que debido a la cantidad de golpes que sufrieron tuvieron que ser operados varias veces tanto Marcos como su navegante Esteban.  

De la alegría, el asado, la cerveza  y la fiesta de deporte motor a una sala de espera del hospital padilla con la inseguridad de saber cómo iba a terminar todo en solo cuestión de horas.
Los programas de radio y de televisión hicieron eco de este accidente que tenia entre la vida y la muerte al experimentado piloto de barrio norte. Pasaron unos días y los médicos diagnosticaron una buena recuperación tanto como a marcos y a esteban afectados por el accidente.

Estuvo un mes internado y cuando le dieron el alta regresó a su domicilio con ganas de trabajar pese a que estaba en sillas de ruedas y no podía hacer cualquier actividad.  
“Estaba operado de la rodilla que me fracturé, tenia roto el vaso sanguíneo y tenia hinchado el pie por el accidente quede agarrado con la jaula de seguridad y no me podían sacar del auto”.
Con el paso del tiempo Marcos empezó a caminar con muletas y un día que estaba solo se puso a reparar un auto.

“Yo soy loco de los fierros me aburro si no estoy abajo o arriba reparando un auto pero después de todo lo que viví volver al rally me daba mucho miedo”.
Finalmente Marcos decidió no correr más y alejarse de las competencias por el bien de su salud.
Según sus amigos era muy extraño que en cada rally no esté la carpa instalada del Núñez Competición y eso generó que un piloto de rally llamado Fabián Scalora Lo contactara a Marcos para ofrecerle la posibilidad de asistir y preparar su auto de competición.

“Yo no entendía nada, al principio pensé que este tipo quería mi auto que por el accidente no sirve más para que lo preparara y vuelva a correr pero después me di con la sorpresa que él quería que yo con los chicos lo asistiera carrera tras carrera”

Marcos se emocionó cuando volvió a una competencia, esta vez como preparador y ya recuperado. Muchos amigos y fanáticos del rally se acercaron a saludarlo demostrándole la alegría que tenían por verlo a “Marquitos” nuevamente en un parque de asistencia.



Con el paso de los años el equipo se agrandó y fue preparador de varios autos de rally. Actualmente asiste dos autos de competición donde uno ya se coronó campeón de esta temporada 2015.



Marcos es un apasionado del deporte motor y la vida le dio una segunda oportunidad para seguir disfrutando de cada competencia esta vez afuera del auto pero como el preparador principal del Núñez Competición   



Aqui compartimos un video de Marcos Nuñez en competencia (Minuto 3:42)


viernes, 11 de diciembre de 2015

El hermano que todos quisiéramos tener



Siempre es bueno terminar de conocer por completo a una persona, para luego recién querer calificarlo de una u otra manera, según el parecer que se nos dé en tal circunstancia de la vida. Verlo con la sotana puesta, escuchando su reflexión sobre el Evangelio del día en las misas, nos orienta siempre para equilibrar nuestro andar en lo personal como lo es en la conducta con las demás personas.

Al referirnos a un sacerdote, solo nos queda grabada su imagen de verlo arriba en el altar, pero la personalidad, el comportamiento del Padre Hernán Alvarado, tratando con amigos, nos muestra que todos somos iguales en este mundo.




Esa mirada, acompañada de su riza burlona, las hace uso una y otra vez con sus más allegados. Dicho de otro modo, a todos los trata de la misma manera, los llama por los apodos que son conocidos en el pueblo y a los que no tienen, él es el encargado de bautizarlos con un distintivo que todos hacen recurso posteriormente por su ingenio para las bromas. Se trata de un hombre joven, de treinta y cinco años de edad, de mediana estatura, corpulento, con cierto parentesco a un periodista llamado Marcelo Nazarala, apasionado por el amor de Dios, por el fútbol y sobre todo, por su querido Boca Juniors.

-Mi sueño era ser futbolista, pero recibí el llamado del Señor y hoy soy Sacerdote.

Durante su niñez cuando realizó un viaje a Catamarca a visitar a su familia, tuvo la oportunidad de acompañar a su primo hacia el Seminario Menor de la provincia citada. Al ingresar allí, en un suspiro el amor se catapulto totalmente determinante, ya que hoy en día lo marcó completamente para su vida. Una vez que puso un pie en dicho establecimiento, ya nada volvió hacer igual, por lo que, lentamente iniciaba el proceso de su vocación.

-Apenas fui al Seminario, me largue a llorar, no quería volver de allí, sentí el amor del Señor. El Seminario es un noviazgo, con el tiempo uno ve si realmente está enamorado, es vocación el Sacerdocio. Quede interno, toda mi vida la pasé allí.

Cuenta comparándolo con un amor que puede tener cualquier persona en un noviazgo, ni más ni menos cuando alguien toma la decisión de ponerse de novio en su juventud o algún pasaje de nuestro existir.

Maravillado había quedado, era como si fuese que tuvo una visita anticipada al paraíso, esa experiencia de conocer dicho lugar, no se la olvidaba más. Insistía sin cesar, quería volver cuanto antes en el tiempo posible, por el hecho de encontrarse con metegoles, mesas de pool, momentos para jugar al fútbol, vóley y ver películas de noche, entonces podríamos decir, es como estar en el cielo para todo niño en la infancia, por tener a disposición los entretenimientos soñados.

Siendo más precisos, nos estamos refiriendo a un niñito que en aquellos años era difícil de domar, de conducta rebelde, irresponsable en sus deberes escolares, apasionado por increparse verbalmente con los demás y acudir siempre a los golpes, es más, hasta el mismo se autocalifica entre rizas que era la oveja negra de su casa. Seguramente que nadie se imagina a un Sacerdote con estos hábitos, hasta cuándo inocentemente le comentó en aquel entonces a corta edad su deseo a su madre, ella entre rizas le acariciaba el pelo.

-Cuando iba a la escuela de mi pueblo, me expulsaron. Siempre, todos los días peleaba. Mi hermano era el abanderado del colegio y yo lo hacía quedar mal.

El comportamiento solía ser uno de los requisitos que debía mejorar rotundamente, por eso después tuvo revancha de continuar educándose con un paso fugaz por el Colegio León XIII. Posteriormente ya se involucró de lleno en el Seminario Menor para capacitarse en su profesión. Si nos detuviéramos un poco y nos pusiéramos a imaginar haciendo foco en un pabellón con una cantidad enorme de niños de diferentes edades, todos varones, compartiendo los mismos momentos y durmiendo en un mismo lugar, obviamente, a nadie le gustaría estar a cargo de esto. A simple vista, no estamos refiriendo a una manada de salvajes. Alborotos, revuelos, indisciplina, enfrentamientos a golpes de puños entre dos cursos completos, son el fiel recuerdo de una etapa feliz, inmejorable, que emocionado asegura que no la cambia por nada, por las instancia y anécdotas atravesadas.

-Todos mis compañeros dormíamos en una habitación enorme, las estructuras de las camas eran de hierro y las parrillas se las podía sacar tranquilamente. Había un pícaro que esperaba que todos estemos a punto de dormirnos, se iba al baño y tomaba la decisión de encender la luz. Todos nos quejábamos, el siempre hacía lo mismo, ya nos tenía cansados, encima cuando regresaba del baño venía corriendo y se tiraba un clavado en la cama, hasta que llegó un día en que le quitamos esa maldita costumbre. Se levanta, enciende la lámpara, todos lo insultábamos, el gozaba de ese momento, festejaba y encima nos gritaba que nos jodamos. Mientras él estaba en el sanitario nosotros rápidamente a su cama le quitamos la parrilla y el colchón, solamente le dejamos la sábana para que pareciera que todo estaba normal. Llegó el instante en que salió de hacer sus necesidades, apago la luz, vino corriendo, se tiró como de costumbre a su cama y se impactó con las estructuras de hierro y calló de panza al suelo, fue un reventón. Ese momento fue una fiesta, no parábamos de reírnos, tenía los fierros marcados en las costillas, nos pusieron varias amonestaciones, pero santo remedio. Ese fue el mejor tiempo de mi vida, el seminario menor fue lo más lindo que pase, el Padre Carlitos Sánchez que era nuestro formador la tuvo que remar un montón con nosotros, es un genio el tipo.

Muchos que lo conocen aseguran que años anteriores, era un gusto formar parte de su equipo en los picados que se armaban en los momentos de recreación cuando ya se encontraba inserto en el Seminario Mayor de nuestra provincia, lugar al que el ingreso a los doce años.

-No me podían parar el otro día eh, me canse de hacerles goles. Hicimos un gran fútbol, se tiene que repetir, el asadito estuvo de diez.

Esa picardía y lucidez que tiene en su personalidad, la transmite también adentro de la cancha, la magia aun continua intacta, la tiene clara, pareciera que la tiene pegada a su pie derecho. Como la mueve, la manera en que la domina y la esconde debajo de la suela, obviamente que a cualquiera le gustaría tenerlo dentro de su equipo, pero eso sí, debería soltarla un poquito más, asistir a los compañeros también es bueno, pero que le vamos hacer, siempre fueron así los goleadores.

La conversación continúa mientras entre rizas nos dice que vamos buscando un novio para la secretaria de la Parroquia, prosigue y a otro le dice Doctor, por no decirle Tordo, obviamente lo conoce perfectamente y nos pregunta si que podemos ver en la televisión mientras cenamos unas pizas. Nos ponemos cómodos, nos ubicamos en el sillón y nos da la posibilidad de que gaseosa escoger. No encontramos nada interesante, Godzilla nos aburre, boxeo no nos convence y enganchamos el partido del Manchester United contra el Newcastle de Coloccini, nos copamos con ese encuentro y continuamos hablando de fútbol.

Es consciente del buen momento que atraviesa River y la gente del pueblo que conoce su simpatía por el "Club de La Rivera", lo carga cada vez que se presenta la oportunidad.

-Cuando Boca salga campeón yo voy a organizar la caravana en Ranchillos. Desde la Parroquia va salir y voy a ir por todas las casas de todos los hinchas de River que me vienen a cargar ahora.

Desde ese entonces iba poniendo los puntos para que se vayan anticipando todos los picaros, y dice que le gustaría que Gallardo se vaya de "La Banda" a explotar su buen nivel como técnico en cualquier otro club, pero cree que ya se va a dar el momento de su equipo. Tanto dialogar del deporte que más le gusta, nos invita para hacer otro picadito de futbol 5.




Haber tenido una grata experiencia compartiendo una cena, llevó a que luego pudiéramos realizar un nuevo encuentro. Ver un cotejo futbolístico entre simpatizantes de clásicos rivales de todo su existir, no todas las veces concluye bien. Nos ubicamos en los sillones del comedor de su hogar, nos ofrece un helado mientras vemos el partido de Boca Juniors contra Crucero del Norte y nos pide que lo aguantáramos un ratito. El equipo del Vasco ya estaba en cancha, nos parecía llamativa su ausencia, pero en ese descuido estando sentados de espaldas al acceso principal de la casa Parroquial, ingresa sin causar bullicio ya equipado con su camiseta de Boca, no tuvimos tiempo de sentir su presencia cuando entro y para colmo le pone sobre los hombros su bandera azúl y amarilla a un amigo hincha de "La Banda". Era una tortura para Darío, lo sacaba corriendo dando la vuelta completa a la mesa, era ni más ni menos una tortura, mientras el gozaba la situación. Boca culmina obteniendo el triunfo uno por cero, con un gol en contra, pero poco le interesó las expresiones que pudieran emitir los demás.

-No importa de la forma en que se ganó, acá lo importante es ganar.                                       

El Xeneize con el correr de las fechas finalmente se consagró campeón del Fútbol Argentino, pero el compromiso de estar a cargo de la Iglesia Espíritu Santo le ahogó concretar el festejo que tanto anhelaba junto a todo el pueblo, pero al club de sus amores le quedaría por disputar otra final más, la de Copa Argentina. Llegó el momento, gestionó una convocatoria grande en su vivienda, todo era decorado de azul y oro, con banderas y todos vestidos con indumentaria acorde al evento, a propósito invitaba a hinchas Millonarios para que pudiera burlarse de ellos. 




Otro título más lograban sellar los de Arruabarrena, el festejo, la locura desatada sin importar la manera en que se consagró, se trasladó a la avenida principal de Ranchillos siendo el encabezador de la caravana. Toda la gente se veía un poco asombrada, se acercaban para abrasarse junto a él, en toda la euforia generada por la gloria deportiva y por la misma pasión que mueve a miles de fanáticos del balón pies.



Su carisma, la recepción en su casa muy amena. Como cualquier persona, teniendo el privilegio de compartir gratos momentos, más allá de las bromas y chistes, nos da siempre ese abrazo y los consejos para el bien de nuestras vidas, nos da el aliento que estamos necesitando y nos enseña como sobre ponernos ante cualquier barrera que se nos pueda presentar en cualquier circunstancia siempre aferrándonos en la Fe hacia Dios, es ni más ni menos, como nuestro hermano mayor, el que todos quisiéramos tener. 

Tony Molteni, su esencia

Tucumán Fest 5 de Septiembre del 2915

Cuando las palabras faltan, la música habla. Desde que comencé a sentir la música comprobé que es así, cuando suena, los problemas se olvidan, el amor se expresa, se alivia el alma, se siente la libertad, se dice todo lo que no se puede decirse con palabras y que no puede quedar en silencio. Así de esa manera, rockanroleando la vida, fue que un día del año 2003, mientras pasábamos una noche entre amigos, escuche Karma Sudaca, conocí a un loco que canta con el alma, que deja todo en el escenario y en el final se entrega a su púbico y queda en el aire. Una banda copada con temas espectaculares, no sé si fue porque con la música todo toma sentido, pero conocí lo que era el rock sudaca y me convertí en un fanático más.
Mi desafío será tratar de expresar en palabras lo que con la música ya está todo dicho, una misión imposible por momentos, pero desde mi admiración trataré de contar quien es Tony Molteni, el rocker, el cantante, el vecino que todas las mañana compra el pan en ojotas desde que era pequeño, el amigo que está sentado al lado en un bar tomando un birra, el ídolo que siempre brinda fotos y autógrafos.
Un jueves a la noche salí de mi casa rumbo a un bar conocido donde siempre lo veía a Tony, llegue me encontré con unos amigo y comencé a buscarlo, aún no estaba. De repente lo vi, estaba hablando con unos chicos en la puerta, me puse nervioso y no me anime a hablarlo. Tuve la oportunidad y la desaproveche. Ahora dedo buscar otra para poder entrevistarlo. Por suerte la movida del rock creció mucho en Tucumán, y me enteré que Karma tocaría en el Tucumán Fest, era la oportunidad que esperaba.
Como es costumbre, cuando subieron al escenario fue un placer escucharlos y poder eternizar ese momento con algunas fotografías. El show continuó, escuchamos a Nonpalidece y la Vela Puerca, una noche de reggae y rock and roll. De repente, un amigo me dice: “Sacame una foto con Tony” Quede sorprendido, era él, estaba a mi lado con su pareja disfrutando de la música de las Pelotas. Mi amigo ya entonado se le acercó y le decía que lo admiraba, en ese momento se sacó la camiseta de los Leones de la Banda, que llevaba puesta y se la regalo. En ese momento me acerque y les saque una foto, inmediatamente pensé: “Esta es mi oportunidad”. Inmediatamente lo encare, lo saludé y con vos media nerviosa comencé a contarle mi locura. Lo miraba fijamente para leer cada expresión de su rostro, como para ir anticipando una respuesta. Me tranquilizaba ver que se reía y me decía:
-"¿En serio? ¿Querés escribir sobre mí? No tengo problema, anota mi número”. 
Y ese fue el momento más divertido, cuando comenzaba a darme su número y a medida que lo escribía veía que ya lo tenía agendado como “Karma”, fue gracioso, todo el tiempo lo tuve en mi teléfono y yo ni enterado. Charlamos un rato largo, le conté como los escuche la primera vez y que su música me parecía muy buena.
Hablamos de algunos de sus recitales, cuando tocaron en el escenario “No a la trata”, cuando estuvieron en Jujuy, Amaicha del Valle, Cosquín Rock y una infinidad de escenarios más. Aún tengo la intriga de como es el Tony de todos los días, eso vendrá después. El primer paso ya se dio, habrá que esperar el segundo encuentro.
Tony recibe la camiseta de los Leones de la Banda de un admirador


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Una noche nublada, pasó a ser especial cuando me encontré con Tony y lo invitamos a la casa de un amigo y aceptó. En el trayecto de ida hablamos de todo, política, fútbol, la lluvia, el calor y muchas cosas más, al llegar a la casa de José, nos sentamos en el comedor y cuando me di cuenta la charla estaba más interesante, no sé como pero estábamos hablando de los sueños, comentó que lo logrado con Karma es algo que superó lo que el soñaba, que siempre fue de tener los pies en la tierra, de saber en dónde estaba y era consiente que todo era más difícil desde ahí, desde una provincia del interior en donde recién estaba naciendo la movida rockera, partiendo desde ahí hasta el día de hoy, no puede creer lo que lograron, que haya gente que se identifique con ellos, que sigan la banda, que canten tus canciones. Yo trataba de disimular la emoción que tenía al estar sentado en una misma mesa con él y escuchándolo.
Siguiendo la charla, veo que se acomoda en la silla, prende un cigarrillo y dice:
-“Es algo fuertísimo, algo difícil de creer, algo único, de lo que estamos agradecidos. Y ese agradecimiento se transforma en una responsabilidad, en no querer defraudar.”
Luego indicó que cuando cumple una meta, siempre está el paso que sigue y no lo hace de insaciable, porque él es feliz con lo que tiene, lo hace para poder brindar siempre algo mejor, su música dejó de ser suya y pasó a ser de la gente, por eso siente que deben brindarle todo. Como si le hubiera llegado el viejazo por recordar tantas cosas, se acomoda el pelo y suelta:
-“Un consejo que le doy a los que comienzan con la música, es que el éxito es hacer lo que nos hace feliz, no es vender discos y llenar recitales. Nosotros somos felices haciendo lo que nos gusta, lo disfrutamos, atesoramos las cosas buenas y aprendemos de errores para no cometerlos en la próxima. Hay que tener la fuerza de reconocer cuando nos equivocamos.
Aprovechando que hablábamos de recuerdos le pregunté cómo fue su niñez y me dijo que fue una infancia común, con mucha felicidad. Su familia era muy viajera, al ser su padre un ingeniero civil, lo trasladaban siempre de un lugar a otro, así fue como el nació en la Plata, vivió dos años en Junín, otros en Santiago del Estero y después llegó a Tucumán con ocho años. En el mismo momento que llegaron, su Padre se enamoró del lugar y decidió que era en donde quería vivir. El resto de la familia siempre estuvo agradecida por esa decisión. Acá hicieron sus vidas, amigos, hogares y lugares. Él se siente tucumano mil por mil, porque es el lugar que lo vio crecer, que le enseño todo, en donde pasó los mejores momentos de su vida, y a conocido a las mejores personas.
-“Mi infancia estuvo llena de afecto, de los amigos del barrio, de las travesuras, de compartir con mis hermanas, con mi viejo y mi vieja. Siempre fuimos una familia muy unida. A lo mejor porque siempre estábamos viajando.”
Las anécdotas lo llevó hasta las travesuras más bellas que pasó con sus amigos en la Banda del Rio Salí, cuando se subían en una bicicleta a las diez de la mañana y eran las nueve de la noche y lo buscaban con la interpol, seguía dando vueltas y metiéndose en los cañaverales. Cosas que nadie olvidaría y menos un niño que disfrutaba todo minuto a minuto. Entre palabras y sonrisas, nombraba a sus amigo, el Turco Jorge, Luchino, Juan Manuel, toda gente del mal pero hermosa, del mal porque eran chicos y vivían haciendo travesuras. Veo un suspiro entre risas y dejó salir:
-“Éramos tremendos.”
La escuela primaria de nuestro rocker fue en la Normal, aun se frecuenta con sus ex-compañeros  a pasar que se sienten todos unos viejos chotos. Estaba entretenida la charla y de repente sonó su celular, se le acabó el tiempo, debe ir a ensayar. Y bue… así son las estrellas. Nos despedimos rápidamente y se fue.
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La música siempre estuvo presente en la casa de nuestro artista, su padre Don Oscar Molteni era un eximio pianista, tocaba muy bien y lo hacía siempre que llegaba del trabajo, el pequeño travieso, se sentaba al lado y lo observaba. A veces hacían su propio show, Don Oscar tocaba las canciones y él las cantaba. Así fue como de a poco aprendió a tocar el piano y tiempo después estudió en el conservatorio. Cuando le pregunté más sobre su padre, con ojos un poco brillosos me miró y dijo:
-“Mi viejo era un tipo que respiraba música, se levantaba, prendía la radio o en los viejos combinados ponía sus discos. Mi casa siempre fue musical. De hecho mis hermanas cantan una barbaridad. No sé porque no se dedicaron a la música, el peorcito ahí soy yo.”
En los juegos que tenía, uno era el de ser un cantante, buscaba la rama con forma de micrófono y comenzaba su actuación, así fue creciendo y madurando, hasta que un día escuchó Led Zeppelin y deformó su música totalmente, cambió su gusto musical, ahí descubrió que todo eso le gustaba y que había más.
Aún era un niño, cuando nuestro ídolo fue a su primer recital acompañando a su hermana, actuaba Juan Carlos Baglietto, cuando lo vio se volvió loco, era un Club Caja repleto de gente que saltaba. Desde ese día ya no solo quería jugar a ser un cantante, sino que quería ser un verdadero cantante.
En la secundaria se encontró con un par de locos lindos. Maxi Lopez, “el Taperola” Palacios, “Martillo” Matias y el “Flaco” Amani, quien tuvo la primera guitarra eléctrica, era increíble, iban a su casa solo para verla. Estaban enloquecidos por la música, eran adolescentes de primer año que se juntaban todos los días y se iban a todos los recitales que había. Así armaron su primera banda llamada “Vida 14”, porque tenían 14 años y sus temas hablaban de la vida. Un compañero arregló para que tocaran en un colegio, eran una banda en donde todos tocaban guitarra y ningún otro instrumento. Así fue su debut y su despedida. Años más tarde canto como reemplazo en una banda metalera. Hicieron muchos recitales, hasta llenaron un Teatro Alberdi.
-“Aprendí mucho de ellos. Me enseñaron a ver la música desde otro lado. Por darle el gusto a mi viejo comencé la facultad pero yo quería dejar todo, quería que el rock sea mi vida.”
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En una típica charla de café, sentados en la vereda de un bar, le pregunté sobre el amor.
-“Yo me enamoro todos los días siempre, a los 11 años tuve mi primera novia, recuerdo estar perdidamente enamorado de ella. Y así fue con todas mis parejas, ninguna fue una más, nunca estuve con alguien porque sí, siempre he sentido que sentía cosas fuertes. Que estaba enamorado, que quería estar con esa persona. Hasta que conocí a una persona que vas más allá del amor, con la que comparo todo, me apoya en mis decisiones, nunca hubo un reparo por las giras o ensayos, es muy rockera, es mi última consulta siempre.”
Hablando de ensayos y recitales es algo rarísimo la historia de cómo surge Karma Sudaca. Unos jóvenes que apenas se conocían, una noche coincidieron en un bar, se subieron a un pequeño escenario e hicieron unas zapadas y en ese mismo instante, de repente todo fue magia pura, a todos les encanó, al otro día decidieron juntarse y ensayar. Así fue creciendo la banda y se dio esta comunión de estar hace 20 años tocando juntos. Ya son una familia, se bancan todo.
Cuando comenzamos a hablar de la actualidad me comentó que en el 2016 la banda cumple 20 años y van a presentar el nuevo disco, al observarlo noté una mirada de satisfacción, claro es la devolución para todos nosotros, por todo el fanatismo y apoyo que les brindamos, y como si fuera poco, me cuenta que armaran una nueva edición del Rockerazo para festejar el aniversario. La idea es reeditar los recitales gratis en Plaza Independencia, juntar a bandas con las que compartieron escenario. Que loco, siguen con las mismas fuerzas y ganas del primer día.
Llena de satisfacción ver la total humildad de Antonio Ricardo Molteni, es el mismo que llegó con ocho años a nuestra ciudad, mantiene intacta su esencia. Su banda hoy es la mejor del noroeste, un grupo de amantes de la música, que nunca se separaron. La esencia es lo que los moviliza desde el comienzo. El líder siempre vuelve al principio, para recordar porque hace música. Subir a un escenario es el momento más feliz en su vida, y contagia a todos esa alegría que se hace magia. Karma es una conjunción de personas que no están de acuerdo en todo, pero eso es lo bueno, todos aportan algo diferente y eso se ve reflejado en sus temas. Las canciones son un punto en común de todos, tienen un poco de cada uno.
Nuestro ídolo sueña con un mundo mejor, un país mejor, es un eterno adolescente que sigue teniendo las mismas ganas, la misma rebeldía, y en cada escenario aporta ese granito de arena para impulsar un cambio. Ver gente que lo quiere, lo vuelve loco y se siente en deuda. Por eso siempre arma cosas para el público, es un agradecido de la gente, porque sin ella no habrían vivido ni la mitad de las cosas. Nos causa felicidad saber que nuestra estrella nos quiere mucho, que todo lo hace desde el amor, y reconoce que si no hubiera sido por la música su vida sería oscura. La música le ordenó la vida, y su público le da confianza, por eso cuando ve gente pogiando y cantando, siente que están en el mismo lugar, la confianza que le brindan hace que pueda tirarse de espalda a ellos, porque sabe que lo van a agarrar.
Espero que en estas simples líneas este reflejado un poco de la esencia de nuestro rocker, espero haber contagiado rock.
“Se encienden las luces y estás aquí, comienza este show robando plegarias al corazón”
Recital en el Teatro San Martin 02-10-2015

jueves, 10 de diciembre de 2015

PICHI EL MÁS GRANDE

José “PICHI” Figueroa  tiene  48 años, enseña básquet formativo hace mas de 30 años y también es el DT más ganador de la historia de Tucumán. Compartió un campus con Manu Ginobili, quien en ese entonces tenía 12 años.

Si comenzamos a hablar de entrenadores de básquet, siempre hablaremos de los que están dirigiendo primera división, liga nacional, TNA o selección Argentina;  y nos olvidamos de nuestros valores locales que también están en actividad preocupándose por los chicos en formación.

Cuando iba entrando al complejo Natalio Mirkin  y ya estaba llegando a la cancha de básquet,  vi a una persona, de 1.69 cm, que estaba tirando al aro; ese individuo era José “Pichi” Figueroa, uno de los mejores entrenadores de formativas de nuestra provincia. Me acerqué  a él y le dije: -“Hola, ¿Cómo estás? ¿Qué haces tirando al aro?” Me respondió: -“Chango estoy practicando para que después pueda enseñar bien el tiro.”- Yo me quedé sorprendido con su contestación porque él no es una persona que hable así, siempre es correcto a la hora de hablar. Después de un par de tiros al aro nos sentamos y  me invitó un mate, algo habitual en él, que vive con su termo todo el día. “Me puede faltar la comida pero no el mate”, aseguró Pichi. 
- ¿”PICHI” como conociste el básquet? 
-“Yo vivía en la calle Monteagudo, cerca del Club Estudiantes. Tenía 10 años más o menos  cuando un amigo me invitó al club y fui. Era algo nuevo para mí, y muy extraño también.  A  penas vi el aro dije ¿cómo voy hacer para hacer llegar la pelota al aro? soy un enanito jajaja!  Había que tener fuerza de piernas y de brazos, y yo no la tenía. Recuerdo que nuestros partidos de mini básquet  terminaban 6 a 2, creo que ningún partido superó los 10 puntos. Gracias a Dios, dos años después las reglas cambiaron, y la categoría mini tenía que jugar con aros más abajo; lo que presentó un alivio para mí. Así fue que pasaron los años y el amor hacia el básquet creció más y más.”
La ronda de mate amargo seguía. En un momento miró  a la cancha de básquet con ojos llorosos y me dijo: -“¡Qué bárbaro! Que deporte maravilloso es el básquet, me dio todo; y también por amar  al básquet me criticaron mucho…” Cuando dijo eso me dejó paralizado.
-¿Por qué fuiste criticado por amar el básquet? 
-“¿Cómo te explico? Mira, cuando comencé a ser entrenador tenia 17 años, fui creciendo y me fui metiendo cada vez más. A los 26 me designaron como entrenador de la selección de Tucumán de cadetes, ahí estaba Lucas Victoriano. En ese entonces yo  estaba de novio con una chica de Concepción, y cuando ella se enteró que iba a dirigir la selección, me quiso matar. El hecho fue que para ella era demasiado; porque ella quería salir bailar, ir a tomar algo, y yo por otro lado quería entrenar a mis jugadores.  Era algo difícil de sostener, “ojo” yo la amaba mucho; pero me di cuenta que amaba más al básquet.
La preparación para el Argentino duró 2 meses,  y esos dos meses fueron los últimos de mi noviazgo de 5 años. Todavía recuerdo el hecho que terminó rompiendo la relación. Fue un día sábado que hicimos doble turno con la selección, al otro día era el corte definitivo de la lista, y yo tenía 14 jugadores bien parejos. Llegué a mi casa y en ese momento mi novia me preguntó si podíamos ir al cumpleaños una amiga suya; yo le dije que me disculpara pero no podía, porque al día siguiente tenía el corte definitivo de la selección. Ella comenzó a decirme que no me interesaba ella sólo el básquet, y yo trataba de explicarle que estaba definiendo algo muy importante, ya que mi decisión podía cambiar la vida de varios jugadores. Sin embargo no lo comprendió; tomó sus cosas, llamó a su padre para que la buscase en el auto y cargue así sus pertenecías. Yo hablé con su padre, le expliqué mi situación, él entendió, pero su hija no. Ella subió al auto,  y yo entre lágrimas vi cómo se iba… Luego entré a mi casa y comencé a ver la lista de jugadores; mi duda era Lucas Victoriano, no por sus condiciones, sino porque toda esa semana de entrenamiento previo al  Argentino estuvo engripado,  y no lo dejó entrenar bien.  Yo siempre repetía en las prácticas que no podían faltar. Ya era domingo, la práctica había terminado, tenia 14 chicos ilusionados; pero sabia que dos iban a estar tristes, era algo obvio. Cuando  empecé a dar la lista rápidamente miré a Victoriano, le vi la cara y estaba a punto de llorar porque no lo nombraba, y así el último fue Lucas. Antes de viajar al argentino le dije que se preparase, porque que iba a llegar a la selección Argentina y no iba a volver a Tucumán. Él me miró sorprendido, y en medio del torneo, la Confederación Argentina dio los convocados a la selección, él estaba en la lista. Cuando regresamos a Tucumán, recibió un llamado de Olimpia de Venado Tuerto para ir a jugar la liga nacional; se terminó yendo, y cuando estaba allá me llamó y me dijo que yo le había anticipado todo, y me agradeció por la confianza que le tuve. Al pasar ese lindo momento en que Lucas me agradeció por todo, yo me senté en el fondo de mi casa, empecé a cebar mate, y me acordé cuando mi novia y yo nos peleamos. Entonces pensé que  ella no se imaginaba cómo podía cambiar la vida de Lucas. Por suerte me la jugué por él y no me fue mal; si bien perdí mi noviazgo, gané mucho, porque la madre de Lucas me agradeció toda la vida por haberlo llevado a la selección. Es por eso que está donde obviamente está.  Eso lo veo yo porque vivo el básquet a mil por mil, no mi ex novia que no vivencio eso. Ella me criticó toda la vida, para su amiga fui el peor hombre que existió; pero eso no me importó. Lucas me dio una satisfacción que nadie me dio, y eso que solamente lo tuve en la selección tucumana 3 meses. Es así, el básquet es el amor de mi vida.”
Figueroa siempre aconseja a sus jugadores.

Después de esa importante historia que me contó “Pichi” con su novia, era difícil seguir.  Él me miró fijo y me dijo -“¿Qué pasa periodista, te quedaste mudo?”-. No sabía qué responder, me dio  otro mate y le pregunté –“¿Por qué tenés esa relación tan afectiva con tus jugadores?”
-“Cuando empecé a enseñar básquet tenía 17 años, era aún muy chico. Para todos era un técnico joven y de poca apariencia como tal, imaginate soy un enanito jajaj! Pero siendo adolescente me di cuenta de que muchos de los chicos de mi edad dejaban de jugar al básquet, y yo me preguntaba el por qué de ello, tenía esa duda. Todos los días me quemaba la cabeza pensando y analizando la razón, pero no encontraba la respuesta. Es así que un día fui al Club Estudiantes, en aquel entonces yo era asistente de cadetes menores y le pregunté a un chico: ¿che por qué vos no estas juagando al básquet? tenés 19 años, sos joven para dejar de jugar. Él me respondió - “Es que descubrí que no me gustaba tanto como yo pensaba”- esa respuesta me hizo como un clic. Cuando llegué a casa agarré un cuaderno y comencé analizar ¿por qué dejan de jugar los chicos de mi edad? La respuesta era que si bien a los chicos les gustaba jugar, también les gustaba que les den cariño; y esa falta del mismo hacía que algunos jugadores dejen. Cuando se es chico y se pierde algún partido uno se pone muy mal; entonces es el entrenador quien tiene que estar ahí, del mismo modo cuando se hace algo bien. Por esa razón fue que me propuse estar en todas con mis jugadores; y cuando digo en todas era en TODAS. Desde conocer su familia, averiguar a qué colegio iban, si tenían novia, si dormían bien, si comían bien, prácticamente quería saberlo todo.  Necesitaba saber para que los chicos no dejen de jugar. Mira, yo me iba a la casa de un chico que vivía cerca de Estudiantes, iba a buscarlo para entrenar, de ahí pasábamos a buscar a otro, y al otro día buscaba otro; quería que cada chico se meta más en el deporte, pero mis jugadores tenían que ver que el entrenador se meta mucho más”-. Pichi hizo una pausa, tomó un vaso con agua que estaba en la mesa y continuó.-“Mis jugadores veían que yo estaba bien comprometido con ellos y me preguntaban  por qué no entrenábamos los domingos. Eso me dejó pensando, y entonces decidí entrenarlos ese día extra; pero no cualquier entrenamiento, sino hacer un entrenamiento personalizado con cada uno. Me iba dando cuenta que cada domingo que pasaba a los chicos les gustaba más el básquet. Pasaban los días, pasaban los años y me percaté que esa fórmula les gustaba mucho, es por ello que lo sigo haciendo hasta ahora”-. Entonces le pregunté por qué creía que esa fórmula le dio tantos resultados. Me respondió: -“Con el correr de los años me fui dando cuenta que los chicos les hacen mucho caso a sus papás, y yo me convertí en una especie de papá para ellos, y no es nada fácil ser padre de 40 chicos jaja! Te doy un ejemplo; yo tenía un jugador en Juventud Unida, se llama Maxi Leguizamón; en ese momento él tenía 12 años y ahora tiene 23. Éramos como padre e hijo, hasta me quedé a dormir en su casa. Recuerdo que aquella vez fui a cenar y él se puso llorar diciéndole a su madre que no quería quedarme a dormir;  sus padres muy amables me dijeron que podía quedarme, que no había problema. Entonces esa noche me quedé, al otro día me desperté temprano y me fui. Camino a casa iba pensando que lo mejor que había hecho fue quedarme, ya que debido a mi actitud Maxi iba a comenzar a jugar mejor”. Automáticamente le pregunté si había rendido más en la cancha; con una cara de serio me respondió: -“Él no empezó a jugar bien, empezó a juagar MUY BIEN. Rápidamente después de que me quedé en su casa comenzó a ser un basquetbolista de primera; me di cuenta en ese momento que todos los chicos o jugadores necesitan confianza, y Maxi depositó mucha confianza en mí, es por eso que levantó el nivel. Si yo le decía a Maxi que vaya a San Javier corriendo, estoy seguro iba; creo que eso fue la clave para todo”.
Yo seguía sorprendido por cada respuesta que Figueroa daba. Él me seguía mirando y se burlaba por mi silencio. Pero al instante le dije: -“No me callo nada, y ya sé que Lucas Victoriano fue el jugador que más lejos llegó de los que entrenaste, pero decime ¿Con que jugador tenés o tuviste más afinidad?”- Él agachó la cabeza, miró el suelo unos segundos, levantó la vista  y respondió: -“Sin dudas con el jugador que más afinidad tuve es José "PEPITO" Muruaga. Él fue la persona clave en mi carrera como técnico, porque él me enseñó que sin sacrifico no tenés nada”-.-“¿Cómo te enseñó eso “Pepe”?” pregunté. Pichi respondió:-“Lo tuve casi desde los 5 años, él era pre mini y mini cuando pasó por mi tutela. Yo no me olvido más cuando llegaba tarde al entrenamiento de mini porque iba a inglés al frente de Mitre. Cuando llegaba me pedía perdón porque estaba en inglés y se ponía a correr solo vueltas en la cancha. Imaginate que yo me sorprendí la primera vez que hizo eso, no todos los chicos lo hacen. Automáticamente me di cuenta que este chico tenía algo que ni Enrique Muruaga, su primo; o Jesús Martín, chicos muy talentosos tenían, SACRIFICIO. Recuerdo que Enrique desde chico tiraba de tres puntos y Pepito no hacía ni llegar la pelota. Cada vez que sus tiros no llegaban al aro, prácticamente se perdía el mundo para él. No obstante pasaron los meses y comenzó a tirar de tres puntos, si bien no convertía, la pelota llegaba y tenía buena dirección. Rápidamente me acerque a él y le pregunté cómo había hecho para que la pelota llegue de tres, me respondió que los domingos por la tarde su padre le sacaba el aro fuera de su casa, y se dedicaba a tirar hasta la noche. Mi cara de sorprendido era impresionante, no creía lo que estaba oyendo, que un chico tan pequeño haga tales cosas. Yo curioso, como siempre, me acuerdo que estaba un domingo en casa y recordé lo que me había dicho José; tomé mi moto y me fui a ver ese entrenamiento. Su casa quedaba a la vuelta del club Mitre, me paré a dos cuadras y alrededor de las cinco de la tarde vi que José tiraba al aro una y otra vez. Una hora más tarde vi que se cruzó a la vereda del frente y de ahí se agachaba y tiraba, estaba practicando la fuerza para hacer llegar la pelota. Vi unos cuantos tiros, agarré mi moto y me fui. En el trayecto a casa sentía una satisfacción y felicidad increíble, un pequeño de 11 años me estaba enseñando algo que no olvidaría jamás, el SACRIFICIO”.
"Pichi" ayudando a los chicos a crecer en lo deportivo.
Yo estaba muy sorprendido por todo lo que había escuchado. Después de la charla tomé mi mochila, saludé a “Pichi” y me fui. Cuando subí al ómnibus mi cabeza estaba carburando mucho y fue cuando decidí ir a Mitre y buscar a “Pepito” Muruaga. Bajé en la Avenida Belgrano frente al club, llegando allí vi entrar a “Pepe”; me acerque a él y le pregunté si tenía unos minutos para hablar, y él muy amablemente me invitó a pasar al club. Estábamos sentados en la cantina de Mitre y le pregunté:-“José ¿Qué significa “Pichi” Figueroa para vos?”- me miró fijo y me dijo-“Es una de las mejores personas que conocí gracias al básquet, él es para mí un maestro”. –“¿Cómo llegaron a tener tanta afinidad?”-pregunté- “Creo que desde día que lo conocí tuvimos química. Yo me acerqué mucho a él porque me daba esa sensación de seguridad; lo escuchaba mucho, al mismo nivel que escuchaba a mi papá. Creo que él fue clave para mí porque me hizo darme cuenta que podía jugar al básquet a primer nivel.  Me acuerdo que los domingos entrenaba solo afuera de mi casa y él llegó un día al club y me preguntó si quería entrenar todos los domingos en Mitre. Le dije que si sin dudar. Yo me preguntaba por qué quería enseñarme tiro, y  cuando se lo pregunté, su respuesta fue que yo podría jugar en la liga nacional, pero que debía confiar más en mí mismo. Esto me lo dijo cuando tenía 12 años. El tiempo pasaba y nuestra pasión por el básquet crecía cada vez más; en esos momentos  no entendía realmente  por qué él me brindaba tanto tiempo, y ahora que estoy grande se lo agradezco mucho”-“¿Cuál fue el hecho más importante que viviste con Pichi?” – “Viví muchos momentos con él, pero el que no me olvido jamás es que una fiesta de fin de año en Mitre, me regaló una gorra de los Chicago Bulls con los anillos de la NBA Y me dijo: -“José preparate para marcar a jugadores de la NBA”- , yo quede paralizado; era niño. También recuerdo que cuando tenía 18 años fui convocado a la Selección Argentina y fuimos a jugar un Panamericano; ahí enfrenté a varios jugadores importantes, pero al que más lo recuerdo es a Barea de Puerto Rico, y cuando lo marqué a él se me vino a la mente Pichi.” 
Yo estaba en mi casa y seguía impactado por todo lo que había escuchado. Sin embargo, sabía que me faltaba algo más. Al día siguiente me fui nuevamente al complejo Natalio Mirkin, ahí me volví a encontrar con Figueroa. Él estaba sentado en las tribunas detrás del aro; me miró y me preguntó sonriendo:-“¿Otra vez acá? che ¿Por qué tenes esa cara de nervioso?”-  yo seguía callado y luego le pregunté:-“¿Pichi por qué se dice que sos gay?” –“Ah! ahora entiendo por qué estabas nervioso jajaja. Muchas personas dicen o dijeron que yo era gay. Al comienzo me molestó mucho que dijeran eso, y por dicha razón iba a dar clases sin ganas. Recuerdo que muchos les decían a mis jugadores que yo era gay y que no fueran  a entrenar, eso me desanimaba mucho. Pero con el tiempo mis jugadores se fueron dando cuanta que no era cierto lo que se decía”-.-“¿Por qué crees que inventaron eso o siguen inventado sobre tu sexualidad?” –“Yo lo atribuyo a la falta de inteligencia de las personas. Siempre que había un jugador a quien hacía entrenar mucho tiempo conmigo le decían algo, pero lo cierto es que hablaban sin saber, porque no se percataban que el chico estaba avanzando. Siempre criticaron, pero hay pocos entrenadores que tratan a los chicos como yo.  Se molestan porque a mis chicos les va bien. Los que más hablan son los que menos hacen; si ellos quieren tener jugadores  buenos, que trabajen; es así no hay magia. Los chicos necesitan trabajo y educación, y es lo siempre trato de darles yo”- .-“¿Qué les respondes  a los que dicen que sos gay?”-“Les diría que vengan a decirme en la cara que soy gay. No obstante nadie se animó y nadie se animará a decírmelo en la cara. Ahora  te digo algo, nunca supe quienes fueron los que decían que era gay; a diferencia de mí, cuando tengo un problema o quiero decir algo a alguien voy,  lo busco y le digo las cosas de frente; eso es ser hombre, no hablar a espaldas”. 
"Pichi" viaja tres veces a la semana a Ranchillos para enseñar Bàsquet.
Cuando finalizó sus palabras, agarró una pelota de básquet y empezó a tirar al aro. En un momento se agachó, apoyó la pelota en el piso cerca de la puntas de sus pies y dijo: -“Acá comienza el tiro. El lanzamiento es la técnica más complicada del básquet, no cualquiera  tira bien. Muchos jugadores creen que convertir es fácil y no se dan cuenta que el tiro es todo práctica. ¿Sabes qué otra cosa es igual que el tiro?”- Me preguntó, y casi al mismo tiempo me respondió – “La vida; la gente cree que la vida es fácil, porque si tenés  un auto mejor o algo mejor es más que otro, y que equivocados están. No se olvidan que todos iniciamos igual y terminamos igual. Sin embargo, la única diferencia entre el tiro y la vida es que podes iniciar bien, pero si no tenés equilibrio no vas a encestar. ¿Querés que te demuestre qué es practicar?”- . Se paró en la línea de tiro libre y me dijo: -“Soy un agradecido a Dios por todo lo  que me dio”-. En ese momento cerró sus ojos, flexionó las piernas y desde el libre lanzó la pelota que con mucha parábola, entró. 

Un ejemplo de superación

Nació un 17 de mayo de 1971. Es locutora en la radio FMSport, presidente de la Asociación de Personas Discapacitadas “TIFLOTUC”, Secretaria General a nivel Nacional de la Federación Argentina de Instituciones de Ciego y Ambliopes, y Delegada de la Unión Latinoamericana de Ciegos. Además, estudia coaching ontológico y realiza una diplomatura de Política y Gestión sobre la discapacidad.

Dueña de una increíble memoria y una gran felicidad, María Fabiana Blasco, tiene un pequeño inconveniente: No puede ver. A pesar de no tener la posibilidad de poder ver y de todos los problemas surgidos en su vida, ella es feliz y siempre trata de transmitirle su estado a las demás personas.





A los 10 años le diagnosticaron la enfermedad llamada “cáncer blanco” porque no te duele pero te va destruyendo por dentro, más conocido como “diabetes”.

“Era complicado, los tratamientos de ese entonces no eran como los de ahora, los avances científicos que hay, relacionados a la enfermedad sobre como llevarla, a lo que era en aquel entonces, no existían las jeringas que hay hoy, las agujas eran grandes y tenías que esterilizar todo. Ni siquiera existía insulina humana como hoy, era insulina porcina”, contaba Fabiana. Además agrego: “A esa edad es complicado, uno no conocía lo que significaba la diabetes. Al principio es como que no tomas conciencia de eso. Yo podía darme cuenta de que para mi mamá era tremendo, por el hecho de que la insulina era muy cara. En mi casa se dejaron de hacer cosas dulces o la sacaban después que yo mi iba, entonces por bronca, lo que es la rebeldía de la niñez, iba al quiosco y me compraba el chocolate más grande que había A esa edad uno no es consciente que lo que está haciendo es perjudicial y te estás haciendo mal vos mismo. Pero con el tiempo te vas dando cuenta que por lo menos existe la insulina para poder seguir viviendo y que no es tan tremendo sino que tenés que aprender a convivir con esa enfermedad”.

A los 26 años perdió la visión por la diabetes, se fue de vacaciones a Jujuy para descansar unos días antes de empezar a rendir los exámenes de contabilidad, estaba en casa de una amiga y se acostó a dormir como cualquier otro día y cuando despertó, no podía ver. Le dio una hipoglucemia (baja de azúcar) en la noche, y eso produjo en sus ojos una retinopatía diabética (desprendimiento de retina). “Yo ese día tenía la esperanza de volver a ver, entonces no me hice problema. Yo sabía que con una operación podía volver a ver”, declaró Fabiana.

Fue a Buenos Aires para una operación y volvió ver, pero por una negligencia médica, tomó un avión rumbo a Tucumán y en medio del viaje se le explotaron los ojos porque con la presión, el gas que le pusieron, se expandió; al médico se le olvido mencionar que no podía viajar por los riesgos que esto ocasionaba. Desde ese momento, no había más posibilidad de que volviera a ver.

“De pronto una se encuentra con una vida distinta, me faltaban ocho materias para recibirme de contadora, entonces es preguntarse qué haces de ahora en más con tu vida. Es una situación irreversible, pero uno sigue buscando donde puede recobrar la vista, visitando distintos médicos”.

Fabiana viajo nuevamente a Buenos Aires para visitar un médico, que le dijo: “Mira, hace de cuenta que tos ojos son una bañera, llena de agua pero podrida, y todas las cosas que están dentro de esta bañera están cada una por un lado distinto, bueno, así tenés tus ojos, así que si tenias esperanza de volver a ver, no va a ser posible”.

Fue muy cruel la forma en que le dijo pero era una realidad.

A partir de ese momento, volvió a Tucumán y fue a aprender braille “No es difícil aprender braille. Escribirlo es muy fácil y leerlo es cuestión de práctica para adquirir velocidad, es sencillo. Por ahí, algunos (la gente que ve) dicen, es tremendo el braille no sé cómo hacen para aprender, es muy difícil. Pero no, es cuestión netamente de práctica”.

Luego fue a clases de orientación y movilidad “Fui a tres clases y de ahí empecé a salir sola a las calles porque no sentí la necesidad de seguir yendo porque la vida no se termina por haber perdido la vista; al contrario, la vida continua y está en uno aceptar lo que te está pasando y superarlo”, declaró Fabiana. Luego agregó: “Yo nunca me pregunté el por qué a mí. Al contrario, pensaba: ¿por qué no me puede pasar a mí?, lo que si me preguntaba era ¿para qué? Así, con la pérdida de la vista, me di cuenta de quién era yo, ahí me conocí a mi misma y aprendí a ser feliz porque me empecé a valorar. Me di cuenta de quienes son mis verdaderos amigos y quienes te utilizaron. Incluso, por ahí hasta la familia desaparece en esta situación. Desde ese momento tengo mis verdaderas amigas que fueron las que me acompañaron siempre y estuvieron a mi lado cuando más las necesitaba. Son tres, además de mi madre que estuvo desde el inicio”.

Fabiana junto a la persona mas importante en su vida,
sus mamá Gloria
“Es muy duro, difícil de asimilar estas cosas, pero uno trata de acompañarla y ayudarla en lo que más se pueda”, aseguró la madre de Fabiana, Gloria Talavera Paco. Luego agregó: “En cada momento fue muy difícil, primero cuando fue la diabetes y nos dijeron de la insulina. Uno al principio no puede aceptarlo porque pensás que debe ser duro, mas para una nena de 10 años, lo mismo con la diálisis. Hasta que te das cuenta que es lo que los mantiene con vida y que sin ella no estaría viva, entonces das gracias a Dios que existen esas cosas”.

A los 28 años, en 1999 entró en diálisis, también provocado por la diabetes. Esto produce una insuficiencia renal crónica: los riñones no funcionan bien, cada vez tenés menos posibilidad de orinar y se empieza a hinchar el cuerpo por esa retención de líquido; ahí se dio cuenta que tenía que empezar con diálisis. Fueron a distintos médicos hasta que a uno, a su parecer, lo sintió muy humano y le dijo: “Cuando vos quieras empezamos con las diálisis y cuando vos te sientas que estas preparada, pero antes tenés que ponerte una fístula (por donde a uno lo dializan)”.

“Y así fue como empecé con las diálisis. Estuve siete años. Pero mientras tanto, yo tenía que hacer algo para profesionalizarme. Y así comencé locución nacional. En 2004 me recibí de locutora y al año siguiente comencé con la carrera de periodismo y licenciatura en comunicación social. Curse 1º año y 2º juntos y cuando estaba por hacer 3º y 4º me enfermé mucho” dijo María, como le dicen algunos.

Estuvo siete meses en cama con fiebre de origen desconocido, nadie sabía qué tenía. Le hicieron análisis de todo tipo. A la madre le dijeron que le quedaba poco tiempo de vida (en ese momento tenía 34 años). A partir de esto, declaró: “Justo que había luchado tanto por mi transplante, me llaman a mi evaluación pre-transplante. Le dije a mi mamá que no les diga que no me lo podía hacer, sino que yo quería postergar la fecha, que me den un tiempo más”. Tenía que hacerse un transplante renopancreático en Buenos Aires, en el hospital Italiano. Postergaron la fecha del transplante y ahí descubrieron qué le sucedía: tenía brucelosis contagiada por comer queso de cabra sin control sanitario. Al estar en diálisis, ella tenia las defensas bajas y por eso le surgió este problema.

Cuando se curó de la brucelosis, viajo a Buenos Aires para hacerse la evaluación pre-trasplante. Al finalizar todos los estudios, el último día, el cirujano vascular va a verla y le dice que no estaba en condiciones aptas para el transplante. Fue la primera vez, a pesar de todo lo que paso, que Fabiana lloró. No estaba apta para el trasplante ya que tras la brucelosis, no podía caminar, se le habían tapado todas las venas y arterias de las piernas.

Volvió a Tucumán, su médico le dio unas pastillas y le recomendó que hiciera gimnasia y natación todos los días. Así lo hizo, y al mes recuperó el pulso pedio (pulso en los tobillos).

Viajó nuevamente a Buenos Aires y un 12 de septiembre del 2006  llegó su tan ansiado transplante. “Al trasplante uno lo espera como un nacimiento, porque era lograr una vida mejor al dejar esas cuatro horas de diálisis día por medio” comentó Gloria. En tanto Fabiana afirmó: “Fue algo que soñaba y se me cumplió. Me pusieron un riñón y un páncreas”.

Pero la felicidad no duró demasiado: al tercer día perdió el páncreas por un problema en la sangre y casi pierde el riñón 2 veces. Probaron ponerle un stent en el riñón ya que se le taparon las arterias.

Fabiana disfrutando de lo que mas le apasiona en la vida
Al mes siguiente dejo la diálisis y volvió a Tucumán, siguió con su carrera y se recibió de periodista y licenciada en comunicación social en el 2010 y empezó a trabajar. “Estuve en un montón de radios hasta que llegué a esta (FMSport). El papá de un compañero mío, de comunicación social, le puso una radio y entre amigos empezamos con el programa”. Además contó lo que sintió la primera vez que habló en la radio: “Sentí mucho nerviosismo, era algo nuevo. Hablar en un micrófono, saber que del otro lado hay gente que te escucha, ese ardor de estomago, por ahí que temblás un poco. Pero eso es al principio. Cuando empezás a hablar te gusta tanto que no podes dejar de hacerlo. Es el momento en que me siento libre totalmente. Es como se dice: siento que puedo tocar el cielo con las manos”.

La madre es española y se vino a Tucumán cuando tenia dos años, siempre soñó con volver a España y conocer su tierra, y por todos los problemas que le surgieron a Fabiana no pudo. Además, le decía que ella en su situación no iba a poder disfrutar el viaje.

En el 2011, a Fabiana le surge una oportunidad única de viajar a Berlín, Alemania, por un curso de locución. Ella le dijo a la madre que se iba y que si quería podía acompañarla. Y así fue, viajaron a Alemania y luego, al finalizar el curso, fueron a Andalucía, España. “Disfruté muchísimo el viaje. No hace falta ver para poder disfrutar, sentir como la sociedad se comporta ante una persona con discapacidades”. Luego hizo una comparación de cómo se comporta la sociedad en Argentina y Tucumán y destacó: “A la sociedad tucumana le falta educación porque andan en su mundo y nunca miran a su alrededor y no te ven. En Buenos aires pasa lo mismo pero no es tan marcado como aquí. Hay gente que podes rescatar, que te ayudan, pero considero que del Norte Argentino, Tucumán es la provincia que más necesita educación en cuanto a las personas discapacitadas, en lo que significa mirar al otro. Donde menos te respetan es aquí”.

Después de hablar sobre su viaje, contaron una anécdota que les sucedió antes de este: “Existen 2 tipos de insulina, una de acción rápida y otra de acción mas lenta pero de mayor duración. Antes de viajar, entre el armado de los bolsos y entre que veíamos una novela, agarre mal la aguja, mi madre no se fijo y en lugar de inyectarme la insulina de de acción lenta, me colocó la otra pero la cantidad necesaria de la insulina lenta como para ir a dormir. Al darnos cuenta, fuimos corriendo al hospital y ahí no me querían poner glucosa porque el azúcar no me bajaba, y decidimos volver a casa. Cuando me estaba poniendo el pijama, me empecé a sentir mal y fuimos de vuelta al hospital donde me pusieron suero de glucosa y pasamos toda la noche en el hospital. Al otro día teníamos que viajar a las 6 de la mañana”, contaron entre risas. En otra ocasión les paso algo similar pero esta vez fue “culpa” de la madre. Fabiana estaba discutiendo con su novio y por chusma, como lo definieron ellas, le colocó mal la insulina del mismo modo, pero esta vez le subieron el azúcar con coca cola y otros productos dulces.

Al volver del viaje, empezó con otra carrera, coaching ontológico, en la cual se recibe el año que viene “Para estudiar mi mamá fue mi gran lectora, mis ojos en todas mis carreras, ahora tenemos la tecnología que te ayuda muchísimo a la hora de estudiar. Yo antes para estudiar utilizaba dos grabadores, en uno mi madre me grababa lo que tenia que estudiar, yo escuchaba la primera vez y la segunda vez, agarraba el segundo grabador y hacia los resúmenes. Coaching y la diplomatura de Política y gestión sobre la discapacidad fue más tecnología porque todos los textos te los mandan a través de la computadora. Ahí la deje descansar a mi mami”.

 En la actualidad Fabiana trabaja en la radio FMSport, en su programa “Amar la vida”, en el cual ella se encarga de toda la producción, buscar los invitados.

Fabiana realizando su programa con su compañera Adriana 
“Es complicado trabajar con Fabiana porque en todos sus programas trae invitados especiales y tenés que tratarlo de esa forma. No digo que sea difícil, tampoco digo que sea molesto pero es raro. Es tranquilo, lindo, muchas historias de vida que te hacen reflexionar, te deja ese sabor lindo. Es complicado explicar lo que es trabajar con Fabiana, pero ella lo hace fácil. Siempre se ríe, esta contenta, es divertida, es una persona sencilla, nunca se enoja y lo que mas se le puede destacar es su profesionalidad”, contó uno de sus compañeros de trabajo, Hugo Cuellar.

Además en la entrevista habló sobre sus proyectos a futuro: “Mi proyecto a futuro y que ya empecé a trabajar, es contactarme con gente que esté trabajando con relación a los derechos de la mujer para que también incluyan a las mujeres con discapacidad. El año que viene pienso trabajar todo el año en esto”

Así mismo, hablo de cómo se ve ella en un par de años, cuales son sus metas y sueños: “Espero lograr la sensibilización y la concientización de lo que significa las personas con discapacidad y lograr que las personas con discapacidad y lograr que las personas en general aprendan a tomar conciencia de cómo vivir con una mejor calidad y a disfrutar de lo que significa estar vivo”


Para finalizar dijo unas palabras para reflexionar: “Muchas veces creemos que lo que nos pasa es lo peor y creo que siempre tenemos que mirar al lado, que quizás hay otra persona que esta pasando una situación más critica que nosotros y saber vivir. Creo que en la vida tenemos oportunidades y muchas veces por vivir metidos en el confort, en el materialismo, el ser egoísta; nos olvidamos de ver esas oportunidades. Hay que saber vivir, desfrutar cada segundo que tenemos y no perder el tiempo en cosas superfluas, insignificantes porque después, quizás nos arrepintamos de no haber disfrutado de ese momento que teníamos importante para nosotros. La vida es muy simple, nosotros la complicamos”.