Nació un 17 de mayo de 1971. Es
locutora en la radio FMSport, presidente de la Asociación de Personas
Discapacitadas “TIFLOTUC”, Secretaria General a nivel Nacional de la Federación
Argentina de Instituciones de Ciego y Ambliopes, y Delegada de la Unión Latinoamericana
de Ciegos. Además, estudia coaching ontológico
y realiza una diplomatura de Política y Gestión sobre la discapacidad.
A los 10 años le diagnosticaron
la enfermedad llamada “cáncer blanco” porque no te duele pero te va destruyendo
por dentro, más conocido como “diabetes”.
“Era complicado, los
tratamientos de ese entonces no eran como los de ahora, los avances científicos
que hay, relacionados a la enfermedad sobre como llevarla, a lo que era en
aquel entonces, no existían las jeringas que hay hoy, las agujas eran grandes y
tenías que esterilizar todo. Ni siquiera existía insulina humana como hoy, era
insulina porcina”, contaba Fabiana. Además agrego: “A esa edad es complicado,
uno no conocía lo que significaba la diabetes. Al principio es como que no
tomas conciencia de eso. Yo podía darme cuenta de que para mi mamá era
tremendo, por el hecho de que la insulina era muy cara. En mi casa se dejaron
de hacer cosas dulces o la sacaban después que yo mi iba, entonces por bronca,
lo que es la rebeldía de la niñez, iba al quiosco y me compraba el chocolate
más grande que había A esa edad uno no es consciente que lo que está haciendo
es perjudicial y te estás haciendo mal vos mismo. Pero con el tiempo te vas dando
cuenta que por lo menos existe la insulina para poder seguir viviendo y que no
es tan tremendo sino que tenés que aprender a convivir con esa enfermedad”.
A los 26 años perdió la visión
por la diabetes, se fue de vacaciones a Jujuy para descansar unos días antes de
empezar a rendir los exámenes de contabilidad, estaba en casa de una amiga y se
acostó a dormir como cualquier otro día y cuando despertó, no podía ver. Le dio
una hipoglucemia (baja de azúcar) en la noche, y eso produjo en sus ojos una
retinopatía diabética (desprendimiento de retina). “Yo ese día tenía la
esperanza de volver a ver, entonces no me hice problema. Yo sabía que con una
operación podía volver a ver”, declaró Fabiana.
Fue a Buenos Aires para una
operación y volvió ver, pero por una negligencia médica, tomó un avión rumbo a
Tucumán y en medio del viaje se le explotaron los ojos porque con la presión,
el gas que le pusieron, se expandió; al médico se le olvido mencionar que no
podía viajar por los riesgos que esto ocasionaba. Desde ese momento, no había
más posibilidad de que volviera a ver.
“De pronto una se encuentra con
una vida distinta, me faltaban ocho materias para recibirme de contadora,
entonces es preguntarse qué haces de ahora en más con tu vida. Es una situación
irreversible, pero uno sigue buscando donde puede recobrar la vista, visitando
distintos médicos”.
Fabiana viajo nuevamente a
Buenos Aires para visitar un médico, que le dijo: “Mira, hace de cuenta que tos
ojos son una bañera, llena de agua pero podrida, y todas las cosas que están
dentro de esta bañera están cada una por un lado distinto, bueno, así tenés tus
ojos, así que si tenias esperanza de volver a ver, no va a ser posible”.
Fue muy cruel la forma en que le
dijo pero era una realidad.
A partir de ese momento, volvió
a Tucumán y fue a aprender braille “No es difícil aprender braille. Escribirlo
es muy fácil y leerlo es cuestión de práctica para adquirir velocidad, es
sencillo. Por ahí, algunos (la gente que ve) dicen, es tremendo el braille no
sé cómo hacen para aprender, es muy difícil. Pero no, es cuestión netamente de
práctica”.
Luego fue a clases de
orientación y movilidad “Fui a tres clases y de ahí empecé a salir sola a las
calles porque no sentí la necesidad de seguir yendo porque la vida no se termina
por haber perdido la vista; al contrario, la vida continua y está en uno
aceptar lo que te está pasando y superarlo”, declaró Fabiana. Luego agregó: “Yo
nunca me pregunté el por qué a mí. Al contrario, pensaba: ¿por qué no me puede
pasar a mí?, lo que si me preguntaba era ¿para qué? Así, con la pérdida de la
vista, me di cuenta de quién era yo, ahí me conocí a mi misma y aprendí a ser
feliz porque me empecé a valorar. Me di cuenta de quienes son mis verdaderos
amigos y quienes te utilizaron. Incluso, por ahí hasta la familia desaparece en
esta situación. Desde ese momento tengo mis verdaderas amigas que fueron las
que me acompañaron siempre y estuvieron a mi lado cuando más las necesitaba. Son
tres, además de mi madre que estuvo desde el inicio”.
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Fabiana junto a la persona mas importante en su vida, sus mamá Gloria |
“Es muy duro, difícil de
asimilar estas cosas, pero uno trata de acompañarla y ayudarla en lo que más se
pueda”, aseguró la madre de Fabiana, Gloria Talavera Paco. Luego agregó: “En
cada momento fue muy difícil, primero cuando fue la diabetes y nos dijeron de
la insulina. Uno al principio no puede aceptarlo porque pensás que debe ser
duro, mas para una nena de 10 años, lo mismo con la diálisis. Hasta que te das
cuenta que es lo que los mantiene con vida y que sin ella no estaría viva,
entonces das gracias a Dios que existen esas cosas”.
A los 28 años, en 1999 entró en
diálisis, también provocado por la diabetes. Esto produce una insuficiencia
renal crónica: los riñones no funcionan bien, cada vez tenés menos posibilidad
de orinar y se empieza a hinchar el cuerpo por esa retención de líquido; ahí se
dio cuenta que tenía que empezar con diálisis. Fueron a distintos médicos hasta
que a uno, a su parecer, lo sintió muy humano y le dijo: “Cuando vos quieras
empezamos con las diálisis y cuando vos te sientas que estas preparada, pero
antes tenés que ponerte una fístula (por donde a uno lo dializan)”.
“Y así fue como empecé con las
diálisis. Estuve siete años. Pero mientras tanto, yo tenía que hacer algo para
profesionalizarme. Y así comencé locución nacional. En 2004 me recibí de
locutora y al año siguiente comencé con la carrera de periodismo y licenciatura
en comunicación social. Curse 1º año y 2º juntos y cuando estaba por hacer 3º y
4º me enfermé mucho” dijo María, como le dicen algunos.
Estuvo siete meses en cama con
fiebre de origen desconocido, nadie sabía qué tenía. Le hicieron análisis de
todo tipo. A la madre le dijeron que le quedaba poco tiempo de vida (en ese
momento tenía 34 años). A partir de esto, declaró: “Justo que había luchado
tanto por mi transplante, me llaman a mi evaluación pre-transplante. Le dije a
mi mamá que no les diga que no me lo podía hacer, sino que yo quería postergar
la fecha, que me den un tiempo más”. Tenía que hacerse un transplante
renopancreático en Buenos Aires, en el hospital Italiano. Postergaron la fecha
del transplante y ahí descubrieron qué le sucedía: tenía brucelosis contagiada
por comer queso de cabra sin control sanitario. Al estar en diálisis, ella
tenia las defensas bajas y por eso le surgió este problema.
Cuando se curó de la brucelosis,
viajo a Buenos Aires para hacerse la evaluación pre-trasplante. Al finalizar
todos los estudios, el último día, el cirujano vascular va a verla y le dice
que no estaba en condiciones aptas para el transplante. Fue la primera vez, a
pesar de todo lo que paso, que Fabiana lloró. No estaba apta para el trasplante
ya que tras la brucelosis, no podía caminar, se le habían tapado todas las
venas y arterias de las piernas.
Volvió a Tucumán, su médico le
dio unas pastillas y le recomendó que hiciera gimnasia y natación todos los
días. Así lo hizo, y al mes recuperó el pulso pedio (pulso en los tobillos).
Viajó nuevamente a Buenos Aires
y un 12 de septiembre del 2006 llegó su
tan ansiado transplante. “Al trasplante uno lo espera como un nacimiento,
porque era lograr una vida mejor al dejar esas cuatro horas de diálisis día por
medio” comentó Gloria. En tanto Fabiana afirmó: “Fue algo que soñaba y se me
cumplió. Me pusieron un riñón y un páncreas”.
Pero la felicidad no duró
demasiado: al tercer día perdió el páncreas por un problema en la sangre y casi
pierde el riñón 2 veces. Probaron ponerle un stent en el riñón ya que se le
taparon las arterias.
Fabiana disfrutando de lo que mas le apasiona en la vida |
Al mes siguiente dejo la
diálisis y volvió a Tucumán, siguió con su carrera y se recibió de periodista y
licenciada en comunicación social en el 2010 y empezó a trabajar. “Estuve en un
montón de radios hasta que llegué a esta (FMSport). El papá de un compañero
mío, de comunicación social, le puso una radio y entre amigos empezamos con el
programa”. Además contó lo que sintió la primera vez que habló en la radio:
“Sentí mucho nerviosismo, era algo nuevo. Hablar en un micrófono, saber que del
otro lado hay gente que te escucha, ese ardor de estomago, por ahí que temblás
un poco. Pero eso es al principio. Cuando empezás a hablar te gusta tanto que
no podes dejar de hacerlo. Es el momento en que me siento libre totalmente. Es
como se dice: siento que puedo tocar el cielo con las manos”.
La madre es española y se vino a
Tucumán cuando tenia dos años, siempre soñó con volver a España y conocer su
tierra, y por todos los problemas que le surgieron a Fabiana no pudo. Además,
le decía que ella en su situación no iba a poder disfrutar el viaje.
En el 2011, a Fabiana le surge
una oportunidad única de viajar a Berlín, Alemania, por un curso de locución.
Ella le dijo a la madre que se iba y que si quería podía acompañarla. Y así
fue, viajaron a Alemania y luego, al finalizar el curso, fueron a Andalucía,
España. “Disfruté muchísimo el viaje. No hace falta ver para poder disfrutar,
sentir como la sociedad se comporta ante una persona con discapacidades”. Luego
hizo una comparación de cómo se comporta la sociedad en Argentina y Tucumán y
destacó: “A la sociedad tucumana le falta educación porque andan en su mundo y
nunca miran a su alrededor y no te ven. En Buenos aires pasa lo mismo pero no
es tan marcado como aquí. Hay gente que podes rescatar, que te ayudan, pero
considero que del Norte Argentino, Tucumán es la provincia que más necesita
educación en cuanto a las personas discapacitadas, en lo que significa mirar al
otro. Donde menos te respetan es aquí”.
Después de hablar sobre su
viaje, contaron una anécdota que les sucedió antes de este: “Existen 2 tipos de
insulina, una de acción rápida y otra de acción mas lenta pero de mayor
duración. Antes de viajar, entre el armado de los bolsos y entre que veíamos
una novela, agarre mal la aguja, mi madre no se fijo y en lugar de inyectarme
la insulina de de acción lenta, me colocó la otra pero la cantidad necesaria de
la insulina lenta como para ir a dormir. Al darnos cuenta, fuimos corriendo al
hospital y ahí no me querían poner glucosa porque el azúcar no me bajaba, y
decidimos volver a casa. Cuando me estaba poniendo el pijama, me empecé a
sentir mal y fuimos de vuelta al hospital donde me pusieron suero de glucosa y
pasamos toda la noche en el hospital. Al otro día teníamos que viajar a las 6
de la mañana”, contaron entre risas. En otra ocasión les paso algo similar pero
esta vez fue “culpa” de la madre. Fabiana estaba discutiendo con su novio y por
chusma, como lo definieron ellas, le colocó mal la insulina del mismo modo,
pero esta vez le subieron el azúcar con coca cola y otros productos dulces.
Al volver del viaje, empezó con
otra carrera, coaching ontológico, en la cual se recibe el año que viene “Para
estudiar mi mamá fue mi gran lectora, mis ojos en todas mis carreras, ahora
tenemos la tecnología que te ayuda muchísimo a la hora de estudiar. Yo antes
para estudiar utilizaba dos grabadores, en uno mi madre me grababa lo que tenia
que estudiar, yo escuchaba la primera vez y la segunda vez, agarraba el segundo
grabador y hacia los resúmenes. Coaching y la diplomatura de Política y gestión
sobre la discapacidad fue más tecnología porque todos los textos te los mandan
a través de la computadora. Ahí la deje descansar a mi mami”.
En la actualidad Fabiana trabaja en la radio
FMSport, en su programa “Amar la vida”, en el cual ella se encarga de toda la
producción, buscar los invitados.
Fabiana realizando su programa con su compañera Adriana |
“Es complicado trabajar con Fabiana
porque en todos sus programas trae invitados especiales y tenés que tratarlo de
esa forma. No digo que sea difícil, tampoco digo que sea molesto pero es raro.
Es tranquilo, lindo, muchas historias de vida que te hacen reflexionar, te deja
ese sabor lindo. Es complicado explicar lo que es trabajar con Fabiana, pero
ella lo hace fácil. Siempre se ríe, esta contenta, es divertida, es una persona
sencilla, nunca se enoja y lo que mas se le puede destacar es su
profesionalidad”, contó uno de sus compañeros de trabajo, Hugo Cuellar.
Además en la entrevista habló
sobre sus proyectos a futuro: “Mi proyecto a futuro y que ya empecé a trabajar,
es contactarme con gente que esté trabajando con relación a los derechos de la
mujer para que también incluyan a las mujeres con discapacidad. El año que
viene pienso trabajar todo el año en esto”
Así mismo, hablo de cómo se ve
ella en un par de años, cuales son sus metas y sueños: “Espero lograr la
sensibilización y la concientización de lo que significa las personas con
discapacidad y lograr que las personas con discapacidad y lograr que las
personas en general aprendan a tomar conciencia de cómo vivir con una mejor
calidad y a disfrutar de lo que significa estar vivo”
Para finalizar dijo unas
palabras para reflexionar: “Muchas veces creemos que lo que nos pasa es lo peor
y creo que siempre tenemos que mirar al lado, que quizás hay otra persona que
esta pasando una situación más critica que nosotros y saber vivir. Creo que en
la vida tenemos oportunidades y muchas veces por vivir metidos en el confort,
en el materialismo, el ser egoísta; nos olvidamos de ver esas oportunidades.
Hay que saber vivir, desfrutar cada segundo que tenemos y no perder el tiempo
en cosas superfluas, insignificantes porque después, quizás nos arrepintamos de
no haber disfrutado de ese momento que teníamos importante para nosotros. La
vida es muy simple, nosotros la complicamos”.
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