jueves, 10 de diciembre de 2015

La vida después del fútbol

  Una mañana tranquila en Villa Urquiza al compás del cantar de los pájaros  y en un barrio dónde la ausencia de ruidos de vehículos es notoria se encuentra su hogar. Desde pequeño practicaba mucho deporte y las pachangas entre amigos era algo muy común. La puerta se abre y detrás de ella está él con su pelo canoso, una remera de color rojo y un pantalón negro corto. Su sonrisa y posterior saludo nos da la bienvenida a su casa. Oscar Alberto Sánchez de 60 años es un ex jugador de fútbol profesional, aunque a simple vista hoy en día nadie podría imaginárselo disputando aquellos viejos torneos de fútbol con la camiseta de varios equipos conocidos en el norte Argentino.

  En sus inicios Oscar comenzó su carrera en All Boys cuyo estadio se encuentra en 12 de Octubre y Uruguay. Su cara se transforma cuando relata el primer paso importante que pudo dar como futbolista. En una tarde de Marzo el gallego se enfrentaba con Atlético Tucumán y el “Colorado” como fue conocido posteriormente, estaba en el once inicial. Luego de un duro partido All Boys se impuso por 1 a 0 pero no podía pasar por desapercibido que en esa época en las filas del decano militaba Julio Ricardo Villa, quien en años después se convertiría en uno de los grandes jugadores que dio el fútbol tucumano. Después de ese partido un equipo importante del norte vino a buscarlo para llevarlo a jugar. Se trataba de Gimnasia y Esgrima de Jujuy, pero el paso de Oscar por el lobo jujeño solo duraría 2 temporadas (1976-1977 y 1977-1978).

En su casa está todo en orden. Son las 12 en punto y es hora de almorzar. La señora de la casa preparo unos ricos ravioles bañados en salsa blanca. Con sólo verlos se me hace agua la boca. El almuerzo se da entre medio de bromas entre el colorado, su esposa y su hijo. “Este chango no me salió jugador" Le dice entre risas Oscar a su hijo José. Una mesa muy bien puesta y con un vino tinto que acompaña y hace juego con el mantel claro. 

Pasado el almuerzo continuamos viendo fotos de Sánchez cuando se vestía de corto y  disputaba la pelota con algunos de los tantos rivales que tuvo en su carrera. Como olvidar aquellas tardes en el ahora estadio Mario Alberto Kempes cuando se jugaba  con un gran número de personas, cuando el fútbol antes que nada era un espectáculo y en el cual la familia era parte del mismo. Aquella época en la que la violencia no tenía lugar- 

   Las cámaras dejaron registrados esos grandes momentos en la vida del “colorado” como futbolista profesional. Mientras nos sigue contando las perlitas de su carrera nos muestra las fotos. De pronto golpean la puerta y el perro de la casa sale corriendo y comienza a ladrar repetidamente. Nos llevamos un susto por la reacción tan repentina del animal sin embargo se trataba de un vecino que venía a consultar si había luz en la casa.  Luego de su paso por el lobo jujeño, Oscar cambió de provincia y fichó por Instituto de Córdoba. Fue entonces cuando tuvo a su primera hija y que actualmente reside
en la capital cordobesa. Su paso por la gloria duró hasta 1983 y abandonó el club tras quedar libre. Previo a la decisión de dejar córdoba tuvo una pequeña discusión con dirigentes del equipo cordobés y decidió alejarse porque en ese entonces el ex jugador no tenía quien lo represente. Para evitar que la discusión se agravara decidió marcharse.

   Haber llegado al fútbol profesional fue un gran logro para él y un éxito que desde pibe  soñaba. Tuvo el privilegio de marcar a jugadores que dejaron su huella en una época. Ramón Ángel Díaz, Daniel Alberto Pasarella y Américo Rubén Gallego fueron algunos de los rivales que el colorado tuvo en frente.   ¿Por qué fue conocido como el colorado? No es que su pelo sea rojo por naturaleza o sea algo similar a Carlos Mac Allister sino que Oscar tiñó su cabello de ese color y desde un entrenamiento que un compañero lo llamó así el apodo quedaría en él de ahí en adelante.  Entre risas Oscar afirma: “Un amigo me dijo que me tiña de rojo el pelo y que me quedaría bien” y bromeando una vez más indica ser un colorado trucho poco original.

Junto a los equipos mencionados anteriormente Oscar formó parte de clubes como Guaraní Antonio Franco y con Central norte de Salta disputó la primera temporada del equipo cuervo en el primer nacional B que se jugó después de los viejos torneos nacionales. En el año 1984 llegaría a jugar en el club de sus amores y del cual es un reconocido hincha, el Club Atlético San Martín. Su voz se vuelve temblorosa y se levanta de tono cuando recuerda el grito de la hinchada santa al salir el equipo al terreno de juego. “Fue un gran privilegio haber formado parte de las filas de San Martín” nos dice Oscar y más aún si el ex jugador defendió la camiseta del club que ama. Sin embargo su carrera no le dejó grandes ganancias para vivir cuando abandonara la práctica.

-          “El fútbol no me dejó nada de plata pero si amigos y contactos que me ayudaron mucho”, manifiesta el colorado


Su carrera finalizó cuando tenía 32 años, en el momento que sabía que no iba a jugar más al fútbol su alma se entristeció, se sentía viejo y pensaba en que es lo que haría en adelante. Gracias a un amigo que le dio el fútbol consiguió el empleo en Prosegur, empresa en la cual permanece desde hace 22 años. El “colo” es un agradecido por lo que le dio la vida.

Actualmente está casado con su segunda esposa y en su casa vive con ella, su segundo hijo y su otra hija Marisol,  Hoy en día Oscar es maratonista, entrena en un gimnasio y continua corriendo por las calles del barrio que él considera su lugar. Es muy querido por los vecinos y siempre con la sonrisa que caracteriza su rostro. El paso de los años no pudo lograr que disminuyera su pasión por el deporte. Se pone de pie y muestra como estira y nos aconseja entre risas que hacer para evitar lesiones. Siempre sale a correr por la avenida siria y en ocasiones se ha  cruzado con una joven mujer policía que le pide llevarla con él. Sus ojos transmiten un sentimiento de gratificación por lo que ahora se ha convertido en su pasatiempo.

La pregunta de todo futbolista una vez finalizada su carrera es ¿Y ahora qué? ¿Qué sigue? ¿Como continúa mi vida? Finalmente si no está la suerte de ser entrenador de ningún equipo o estar ligado a alguna institución está claro que la vida sigue y hay muchas formas de continuar adelante. Aunque Oscar padeció esa sensación de tristeza el día que colgó los botines. Al poco tiempo pudo reaccionar y darse cuenta que no era ni es tarde para continuar entrenando, cuidándose y seguir con una vida normal.




1 comentario:

  1. Q grande mi viejo la verdad muy feliz y orgulloso de quien es hoy en día! Aunq no me nombró a mi ni su nieto igual lo amo! Te amo mi colo!

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