viernes, 11 de diciembre de 2015

El hermano que todos quisiéramos tener



Siempre es bueno terminar de conocer por completo a una persona, para luego recién querer calificarlo de una u otra manera, según el parecer que se nos dé en tal circunstancia de la vida. Verlo con la sotana puesta, escuchando su reflexión sobre el Evangelio del día en las misas, nos orienta siempre para equilibrar nuestro andar en lo personal como lo es en la conducta con las demás personas.

Al referirnos a un sacerdote, solo nos queda grabada su imagen de verlo arriba en el altar, pero la personalidad, el comportamiento del Padre Hernán Alvarado, tratando con amigos, nos muestra que todos somos iguales en este mundo.




Esa mirada, acompañada de su riza burlona, las hace uso una y otra vez con sus más allegados. Dicho de otro modo, a todos los trata de la misma manera, los llama por los apodos que son conocidos en el pueblo y a los que no tienen, él es el encargado de bautizarlos con un distintivo que todos hacen recurso posteriormente por su ingenio para las bromas. Se trata de un hombre joven, de treinta y cinco años de edad, de mediana estatura, corpulento, con cierto parentesco a un periodista llamado Marcelo Nazarala, apasionado por el amor de Dios, por el fútbol y sobre todo, por su querido Boca Juniors.

-Mi sueño era ser futbolista, pero recibí el llamado del Señor y hoy soy Sacerdote.

Durante su niñez cuando realizó un viaje a Catamarca a visitar a su familia, tuvo la oportunidad de acompañar a su primo hacia el Seminario Menor de la provincia citada. Al ingresar allí, en un suspiro el amor se catapulto totalmente determinante, ya que hoy en día lo marcó completamente para su vida. Una vez que puso un pie en dicho establecimiento, ya nada volvió hacer igual, por lo que, lentamente iniciaba el proceso de su vocación.

-Apenas fui al Seminario, me largue a llorar, no quería volver de allí, sentí el amor del Señor. El Seminario es un noviazgo, con el tiempo uno ve si realmente está enamorado, es vocación el Sacerdocio. Quede interno, toda mi vida la pasé allí.

Cuenta comparándolo con un amor que puede tener cualquier persona en un noviazgo, ni más ni menos cuando alguien toma la decisión de ponerse de novio en su juventud o algún pasaje de nuestro existir.

Maravillado había quedado, era como si fuese que tuvo una visita anticipada al paraíso, esa experiencia de conocer dicho lugar, no se la olvidaba más. Insistía sin cesar, quería volver cuanto antes en el tiempo posible, por el hecho de encontrarse con metegoles, mesas de pool, momentos para jugar al fútbol, vóley y ver películas de noche, entonces podríamos decir, es como estar en el cielo para todo niño en la infancia, por tener a disposición los entretenimientos soñados.

Siendo más precisos, nos estamos refiriendo a un niñito que en aquellos años era difícil de domar, de conducta rebelde, irresponsable en sus deberes escolares, apasionado por increparse verbalmente con los demás y acudir siempre a los golpes, es más, hasta el mismo se autocalifica entre rizas que era la oveja negra de su casa. Seguramente que nadie se imagina a un Sacerdote con estos hábitos, hasta cuándo inocentemente le comentó en aquel entonces a corta edad su deseo a su madre, ella entre rizas le acariciaba el pelo.

-Cuando iba a la escuela de mi pueblo, me expulsaron. Siempre, todos los días peleaba. Mi hermano era el abanderado del colegio y yo lo hacía quedar mal.

El comportamiento solía ser uno de los requisitos que debía mejorar rotundamente, por eso después tuvo revancha de continuar educándose con un paso fugaz por el Colegio León XIII. Posteriormente ya se involucró de lleno en el Seminario Menor para capacitarse en su profesión. Si nos detuviéramos un poco y nos pusiéramos a imaginar haciendo foco en un pabellón con una cantidad enorme de niños de diferentes edades, todos varones, compartiendo los mismos momentos y durmiendo en un mismo lugar, obviamente, a nadie le gustaría estar a cargo de esto. A simple vista, no estamos refiriendo a una manada de salvajes. Alborotos, revuelos, indisciplina, enfrentamientos a golpes de puños entre dos cursos completos, son el fiel recuerdo de una etapa feliz, inmejorable, que emocionado asegura que no la cambia por nada, por las instancia y anécdotas atravesadas.

-Todos mis compañeros dormíamos en una habitación enorme, las estructuras de las camas eran de hierro y las parrillas se las podía sacar tranquilamente. Había un pícaro que esperaba que todos estemos a punto de dormirnos, se iba al baño y tomaba la decisión de encender la luz. Todos nos quejábamos, el siempre hacía lo mismo, ya nos tenía cansados, encima cuando regresaba del baño venía corriendo y se tiraba un clavado en la cama, hasta que llegó un día en que le quitamos esa maldita costumbre. Se levanta, enciende la lámpara, todos lo insultábamos, el gozaba de ese momento, festejaba y encima nos gritaba que nos jodamos. Mientras él estaba en el sanitario nosotros rápidamente a su cama le quitamos la parrilla y el colchón, solamente le dejamos la sábana para que pareciera que todo estaba normal. Llegó el instante en que salió de hacer sus necesidades, apago la luz, vino corriendo, se tiró como de costumbre a su cama y se impactó con las estructuras de hierro y calló de panza al suelo, fue un reventón. Ese momento fue una fiesta, no parábamos de reírnos, tenía los fierros marcados en las costillas, nos pusieron varias amonestaciones, pero santo remedio. Ese fue el mejor tiempo de mi vida, el seminario menor fue lo más lindo que pase, el Padre Carlitos Sánchez que era nuestro formador la tuvo que remar un montón con nosotros, es un genio el tipo.

Muchos que lo conocen aseguran que años anteriores, era un gusto formar parte de su equipo en los picados que se armaban en los momentos de recreación cuando ya se encontraba inserto en el Seminario Mayor de nuestra provincia, lugar al que el ingreso a los doce años.

-No me podían parar el otro día eh, me canse de hacerles goles. Hicimos un gran fútbol, se tiene que repetir, el asadito estuvo de diez.

Esa picardía y lucidez que tiene en su personalidad, la transmite también adentro de la cancha, la magia aun continua intacta, la tiene clara, pareciera que la tiene pegada a su pie derecho. Como la mueve, la manera en que la domina y la esconde debajo de la suela, obviamente que a cualquiera le gustaría tenerlo dentro de su equipo, pero eso sí, debería soltarla un poquito más, asistir a los compañeros también es bueno, pero que le vamos hacer, siempre fueron así los goleadores.

La conversación continúa mientras entre rizas nos dice que vamos buscando un novio para la secretaria de la Parroquia, prosigue y a otro le dice Doctor, por no decirle Tordo, obviamente lo conoce perfectamente y nos pregunta si que podemos ver en la televisión mientras cenamos unas pizas. Nos ponemos cómodos, nos ubicamos en el sillón y nos da la posibilidad de que gaseosa escoger. No encontramos nada interesante, Godzilla nos aburre, boxeo no nos convence y enganchamos el partido del Manchester United contra el Newcastle de Coloccini, nos copamos con ese encuentro y continuamos hablando de fútbol.

Es consciente del buen momento que atraviesa River y la gente del pueblo que conoce su simpatía por el "Club de La Rivera", lo carga cada vez que se presenta la oportunidad.

-Cuando Boca salga campeón yo voy a organizar la caravana en Ranchillos. Desde la Parroquia va salir y voy a ir por todas las casas de todos los hinchas de River que me vienen a cargar ahora.

Desde ese entonces iba poniendo los puntos para que se vayan anticipando todos los picaros, y dice que le gustaría que Gallardo se vaya de "La Banda" a explotar su buen nivel como técnico en cualquier otro club, pero cree que ya se va a dar el momento de su equipo. Tanto dialogar del deporte que más le gusta, nos invita para hacer otro picadito de futbol 5.




Haber tenido una grata experiencia compartiendo una cena, llevó a que luego pudiéramos realizar un nuevo encuentro. Ver un cotejo futbolístico entre simpatizantes de clásicos rivales de todo su existir, no todas las veces concluye bien. Nos ubicamos en los sillones del comedor de su hogar, nos ofrece un helado mientras vemos el partido de Boca Juniors contra Crucero del Norte y nos pide que lo aguantáramos un ratito. El equipo del Vasco ya estaba en cancha, nos parecía llamativa su ausencia, pero en ese descuido estando sentados de espaldas al acceso principal de la casa Parroquial, ingresa sin causar bullicio ya equipado con su camiseta de Boca, no tuvimos tiempo de sentir su presencia cuando entro y para colmo le pone sobre los hombros su bandera azúl y amarilla a un amigo hincha de "La Banda". Era una tortura para Darío, lo sacaba corriendo dando la vuelta completa a la mesa, era ni más ni menos una tortura, mientras el gozaba la situación. Boca culmina obteniendo el triunfo uno por cero, con un gol en contra, pero poco le interesó las expresiones que pudieran emitir los demás.

-No importa de la forma en que se ganó, acá lo importante es ganar.                                       

El Xeneize con el correr de las fechas finalmente se consagró campeón del Fútbol Argentino, pero el compromiso de estar a cargo de la Iglesia Espíritu Santo le ahogó concretar el festejo que tanto anhelaba junto a todo el pueblo, pero al club de sus amores le quedaría por disputar otra final más, la de Copa Argentina. Llegó el momento, gestionó una convocatoria grande en su vivienda, todo era decorado de azul y oro, con banderas y todos vestidos con indumentaria acorde al evento, a propósito invitaba a hinchas Millonarios para que pudiera burlarse de ellos. 




Otro título más lograban sellar los de Arruabarrena, el festejo, la locura desatada sin importar la manera en que se consagró, se trasladó a la avenida principal de Ranchillos siendo el encabezador de la caravana. Toda la gente se veía un poco asombrada, se acercaban para abrasarse junto a él, en toda la euforia generada por la gloria deportiva y por la misma pasión que mueve a miles de fanáticos del balón pies.



Su carisma, la recepción en su casa muy amena. Como cualquier persona, teniendo el privilegio de compartir gratos momentos, más allá de las bromas y chistes, nos da siempre ese abrazo y los consejos para el bien de nuestras vidas, nos da el aliento que estamos necesitando y nos enseña como sobre ponernos ante cualquier barrera que se nos pueda presentar en cualquier circunstancia siempre aferrándonos en la Fe hacia Dios, es ni más ni menos, como nuestro hermano mayor, el que todos quisiéramos tener. 

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